Lev Tolstói, para quien la no resistencia constituye la esencia del cristianismo, muestra cómo la Iglesia ha pervertido las enseñanzas de Jesús y ha hecho posible conciliar dos conceptos totalmente incompatibles: violencia y religión. El escritor ruso rechaza todos los episodios relacionados con los milagros que encontramos en el Nuevo Testamento, porque considera que estos milagros no son más que añadidos posteriores, reflejo de que los hombres no comprendieron la fuerza de la doctrina de Cristo y recurrieron a toda clase de milagros mágicos para justificar su divinidad. La obra fue censurada en Rusia, aunque circuló clandestinamente, fue ampliamente discutida por la crítica rusa, y rápidamente publicada en Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos. En 1901 Tolstói fue excomulgado por el Santo Sínodo. Esta edición incluye la correspondencia que mantuvieron Tolstói y Ghandi.