¿Qué tienen en común las máscaras africanas, los cuadros dieciochescos, las imágenes medievales y ciertas fotografías contemporáneas? Sencillamente su capacidad para despertar emociones intensas y suscitar respuestas vehementes. Mediante el análisis de una amplia gama de imágenes y de tratados de estética, el autor establece la recurrencia de las respuestas humanas ante las imágenes a lo largo del tiempo.