¿Podría existir una ciencia perdida que nos ayudara a trascender las proféticas visiones de guerra, enfermedad y las mayores tragedias a las que jamás haya hecho frente la humanidad? ¿Es posible que en algún lugar remoto de nuestra memoria, sucediera algo que hubiera producido un vacío en nuestro conocimiento sobre la manera de relacionarnos con el mundo y entre nosotros? Textos con dos mil quinientos años de antigüedad sugieren que las respuestas a estas preguntas es afirmativa. En esta obra, el autor recurre al libro de Isaías para ofrecer una visión reveladora del antiguo poder de la oración y la profecía.