En este breve y contundente ensayo, Enzensberger establece los puntos comunes que caracterizan al loco violento, capaz de tomar un colegio y disparar indiscriminadamente a su alrededor, y a los terroristas de signo islámico. Menciona los atentados de Madrid de marzo de 2004 y nos recuerda la consigna posterior de Al-Qaeda: "Vosotros amáis la vida, nosotros amamos la muerte. Por eso venceremos". Lo que nos remite a aquel "¡Viva la muerte!" del octubre español de 1936 en Salamanca. No olvida el autor la barbarie nazi ni sus chivos expiatorios; tampoco pasa por alto las ideologías destructivas y autodestructivas (los dos rasgos que mejor definen a estos perdedores radicales) de signo izquierdista, para terminar subrayando que esta nueva forma del terror se nutre de modelos y tecnologías occidentales, siendo el desarrollo de estos movimientos sectarios un proceso en el que la globalización desempeñaría un papel no despreciable. "La presión del capital que opera a escala mundial los ha obligado a abandonar sus fantasías de conquistar el mundo"