Bach, en su viejo biplano, había dejado atrás el campo en el que había conocido a Don Shimoda, aquel inesperado Mesías. En algún lugar de ese campo quedó aquel libro que tanto le había apasionado y divertido, y que abandonó en un arrebato de rabia tras la muerte de su amigo. Un campesino que conocía la historia ha encontrado el libro perdido y se lo devuelve a su dueño. Richard coge el Manual, formula una pregunta, abre una página al azar, lee la respuesta y sonríe.