La historia en sí es bastante amena, no una de la que normalmente nos sentiríamos identificados, por ser tan diferente pero sí una que es capaz de marcarnos para bien. Al principio se te hace pelín pesada, no logras captar al protagonista y le terminas cogiendo cierta manía por pesado, obsesivo y con un grandísimo afán por agradar a todo el mundo. Eso cambia, a lo largo de la historia da un giro en el que logras empatizar con él por muy diferente que sea la historia y terminas comprendiéndole tanto a él como a sus amigos o familiares. Te roba algunas sonrisas en ciertos momentos y eso es lo que logra que quieras seguir y seguir para descubrir qué le deparará la vida a este ser tan especial y tan lleno de carencias y trastornos. Tiene un punto muy muy tierno y triste que lo convierte en un libro de lo más adictivo perfecto para leer en verano, ya que los puntos pesados que tiene apenas duran.
hace 8 años