Esta obra se inicia con el discurso de aceptación del Premi Internacional de Catalunya 2002. El autor reflexiona sobre la literatura catalana, de Ramon Llull a Mercè Rodoreda; se pregunta también por la literatura del futuro en la era de internet y de la sociedad de la información; y plantea la cuestión del tipo de literatura futura que podrá reformular o regenerar los modelos narrativos del siglo XX. El libro recoge también breves capítulos monográficos en los que Harold Bloom expone sus opiniones sobre autores clásicos y contemporáneos, de Shakespeare a Wilde, de Molière a Pirandello, o de Cervantes a Octavio Paz o a Saramago. El gran crítico norteamericano hace gala una vez más de su independencia de criterio, desligada de consignas políticas y siempre beligerante respecto a la banalización en que han caído las humanidades.