Vulgar, apasionada, tripera, sensible y jaranera. Así fue y así es la Isabel II que protagoniza El diablo en el cuerpo. De manera desenfadada y desde un ángulo tan poco habitual como la entrepierna de la reina, Soledad Galán presenta el desastre sentimental que fue Isabel y la baja catadura moral de cuantos la rodearon. Así, las santurronas, espadones y politicastros no escapan a la crítica descarada y ácida que gobierna cada capítulo. Por sus páginas desfilan amantes tan fogosos como el general Serrano y algunos -para desgracia de la propia Isabel- tan carentes de libido como Francisco de Asís, su consorte. Pero no sólo de sexo vive una reina. Además de sus partes nobles, la autora deja al descubierto su pasión por los Madriles y por el buen yantar, su incultura beligerante y la fragilidad de una mujer anulada por la situación política y abocada al exilio parisino. Alegre y picante, rebosante de naturalidad y osadía, El diablo en el cuerpo es un relato intenso de las pasiones y desengaños de un personaje que no dejó indiferente a ninguno de sus coetáneos. Sin tapujos ni circunloquios, Soledad Galán resucita y vivifica las debilidades de una figura cuestionada por todos y la degradación de los más destacados protagonistas de aquel desastroso siglo XIX. (Jorge Juan Trujillo, 3 de septiembre de 2018)
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