Somos el resultado de la evolución genética, de muy variadas formas de adaptación al medio a lo largo de millones de años, y de la aparición de un cerebro grande que permite acumular experiencia, elaborarla y programar la conducta. Nolasc Acarín explica cómo los humanos hemos conseguido tener un cerebro tan versátil, cómo influye en nuestro comportamiento la herencia de múltiples formas de vida animal anterior a la nuestra y de qué forma reaccionamos frente al estímulo de la naturaleza o de otro humano. Todo ello con un cerebro de kilo y medio que, como dice el autor, sirve para andar, pensar, amar, odiar, hacer la digestión, controlar el ritmo del corazón, ser feliz o estar triste.