mprescindible para los seguidores de Dylan, el libro del profesor Christopher Ricks analiza con mirada crítica las composiciones del cantante y poeta norteamericano -al que emparenta con los grandes poetas anglosajones T. S. Eliot, Gerard M. Hopkins, Tennyson, John Donne, William Blake y Philip Larkin- comparando incluso al bardo norteamericano, por su genio, ingenio y desenvoltura para saltarse las normas, con el propio William Shakespeare, a quien se conoce popularmente en los países anglosajones como "The Bard". En este brillante análisis, firmemente argumentado con los vastos conocimientos literarios de una larga vida académica dedicada a estudiar la poesía de T. S. Eliot, Milton, Tennyson y Keats, el profesor Ricks, catedrático de Literatura Inglesa de la Universidad de Oxford, analiza las principales canciones de Dylan en un intento de desentrañar dónde reside su misterioso atractivo. Ricks se propone averiguar por qué considera que pertenecen por pleno derecho al acervo de la poesía contemporánea. Ricks, a quien algunos sitúan junto a Harold Bloom en la cima de la crítica anglosajona contemporánea, no trata de convencernos de la calidad intrínseca del compositor norteamericano, sino que se limita a desmenuzar las letras de las canciones de Dylan y a analizar su modo de interpretarlas para averiguar por qué poseen esa magia que hace que se sigan escuchando cuarenta años después. Ateo confeso, Ricks utiliza como armazón para su análisis -no sin cierta zumbapecados capitales, virtudes teologales y hasta "gracias divinas", consiguiendo detectar toda clase de resonancias bíblicas incluso en canciones no pertenecientes a esa época religiosa que, para algunos de nosotros, resulta la menos interesante.