La vida de la sevillana Aguas Ocaña cambió para siempre cuando conoció a Ricardo Maduro, que poco después se convertiría en el presidente de Honduras y en su marido. Desde su posición de primera dama e impactada por la pobreza y la violencia de uno de los países más peligrosos del mundo, Aguas emprendió una cruzada personal con la que pondría en riesgo su propia vida: recorría los barrios más míseros para rescatar a niños de la calle; liberaba en los burdeles a menores obligadas a prostituirse; ayudaba a jóvenes delincuentes a abandonar las temidas maras; acogía en la casa presidencial a chicos desamparados y denunciaba abiertamente casos de corrupción. Carismática, valiente y comprometida, pronto cosechó una enorme popularidad y se ganó el cariño de los hondureños, que la considerabanla Evita española, aunque en el plano personal pagaría un precio muy alto por su coraje. En este intenso y conmovedor relato, Goya Ruiz recoge, con la ayuda de la propia Aguas Ocaña, la historia de esta mujer excepcional que se enfrentó a los poderosos y sacrificó su gran amor para luchar contra la injusticia.