La hoja del árbol seca firma largo testamento antes de llegaral suelo. Al verse llena la luna, se puso corpiño de cuarto menguante. La cometa se echa el cielo a las espaldas. El viento, huyendo, no acierta a ponerse bien del todo ese sombrero que acaba de robar. Si la luz de las estrellas ha tardado millones y millones de años en llegar a nosotros, Imaginaos lo que tardarán todavía en llegarnos sus gritos. La caracola toca de oídas la sinfonía del mar. Las primeras gotas de lluvia se hacen daño al caer. El río tiende las sábanas de su lecho en las cascadas. La veleta es la eterna delatora del siempre perseguido viento. Parece que el cielo nos enviase la nieve para que recompongamos el rompecabezas de la nube. La luna sigue con su foco de luz los movimientos de la estrella invitada de esta noche. Al mar le han puesto una cerca, lejos...