No se puede decir que los datos en crudo que presenta Kamen en este libro sean mentira, todo lo contrario. Sin embargo las conclusiones que saca son de lo más peregrino, como cuando dice que España salió beneficiada cuando Francia e Inglaterra intervinieron en la Guerra de Sucesión. Pero lo mas torticero es andar a estas alturas negando la existencia de la leyenda negra española. Y sí, es posible que entre los historiadores especialistas no se de, pero a nivel popular sigue más viva que nunca.

Una pequeña muestra:

• La única expulsión de judios que se recuerda es la de España, cuando fuimos los últimos de expulsarlos de Europa. Hay un capítulo de los Simpson cuando van a Jerusalén y el guía se queja de su expulsión, no se acuerda de ningún otro país que lo hizo antes ni de Portugal, el único país que lo hizo después.
• ¿A alguien le gustan los documentales del Discovery? En uno sobre Teotihuacán se lamenta su destrucción por los españoles, claro que resulta que fué abandonada incluso antes de que llegaran los aztecas al Anáhuac. O en otro de la cruzada albigense que mencionan la Inquisición española, ¡en el sur de Francia y doscientos cincuenta años de que fuera creada!
• La quema de brujas hoy en día ha quedado como algo folclórico, un tanto tétrico, pero lúdico. A no ser que nos refiramos a España, curiosamente el único país donde no hubo ningún proceso de brujería después de que Alonso de Salazar revisara los sucesos de Zugarramurdi, mientras en el resto de Europa y las colonias inglesas de América siguió durante siglos.
• En California se retiró la estatua de fray Junípero Serra, por genocida. En las misiones españolas de Junípero se enseñó a los nativos la agricultura y la ganadería, la población indigena creció de forma exponencial. No sin recochineo los ataques a fray Junípero fueron promovidos por "intelectuales" de la universidad de Stanford, una universidad fundada por un señor que pagaba por cada cabellera de indio muerto y que aún lleva su nombre.