La idea que atraviesa este lúcido ensayo está contenida en su título: el problema fundamental que tiene la educación en nuestros días es la falta de fe. La educación ha perdido el norte, ha caído en la indefinición y ha olvidado su objetivo fundamental: la formación de la personalidad. Dividido en once breves capítulos, Victoria Camps recorre en este ensayo los principales problemas relativos a la educación, e intenta aportar soluciones desde un punto de vista pedagógico y ético para devolver al primer plano de las cuestiones sociales el asunto de la educación. El libro incide en la falta de motivación de alumnos y educadores. Camps relaciona esta problemática con el desarrollo de la sociedad de bienestar y de consumo, responsables en cierta medida del fracaso del modelo educativo imperante.