1975. En una conservera de atún del sur de España, cuatro mujeres se embarcan en otro día rutinario marcado por el olor penetrante del pescado y el constante murmullo de las máquinas. Ese mismo día llega La nena, una joven misteriosa que poco a poco se adentra en el mundo de la conservera y despierta en las estibadoras la fuerza para cuestionar su rutina y rebelarse mientras se enfrentan a los desafíos personales y colectivos de su vida en la fábrica y en una España a punto de llegar a la transición.

La pieza se mueve entre lo costumbrista y lo poético, ofreciendo un retrato que bebe del folclore popular y de la memoria colectiva. Rinde homenaje a las mujeres de las conserveras: aquellas que cargaron cajas, limpiaron atunes y sacaron espinas mientras sostenían sus hogares y a sí mismas.