La primera novela de este autor chileno que me ha dejado gratamente sorprendida. En realidad, me ha gustado muchísimo. La apuesta es muy seductora: cuatro personajes que tienen algún tipo de poder que han mal utilizado durante toda su vida, “sienten” que deben dirigirse al sur del país. Este “llamado”, que son incapaces de ignorar, se produce a raíz de un desastre natural (el terremoto del 27 de febrero de 2010 en Chile). Por otra parte, los poderes que caracterizan a estos personajes no son ostentosos del tipo X-Men, pero han sido suficientes para que siempre se hayan sentido apartados y estigmatizados por la sociedad (deslizar alguna idea en la mente de otras personas; “oler” el estado anímico de los demás; percibir las miradas…) Así, inician y confluyen en un viaje que los llevará al terreno de lo sobrenatural, a una ciudad escondida en las entrañas de la tierra, donde el tiempo tiene otros patrones y se encontrarán con sus propios demonios y el de los demás. No puedo decir nada más que no sea spoiler, pero realmente se llega a un final impactante, en que es imposible parar de leer, dejando al lector con una leve sensación de inquietud ante el planteamiento de que los más terribles desastres naturales, políticos y sociales del país, no son hechos del simple devenir histórico, sino que hay algo más… Además de la trama, me fascinó el estilo narrativo y la caracterización de los personajes, a los que conoces a través de la pluma del autor, que va hilvanando los sucesos actuales con sus recuerdos y experiencias de vida. Muy bien logrado.
hace 8 años