Así, Como la lluvia, quiso titular José Emilio Pacheco este volumen que reúne cinco libros muy diferentes entre sí y al mismo tiempo complementarios. Por vez primera en su trabajo Los personajes del drama presenta poemas narrativos y fusión de géneros. Los breves textos de Como si nada se concentran para buscar la precisión y la velocidad del epigrama griego y el haikú. El mar no tiene dioses contiene textos organizados en secuencias y ciclos también de índole muy diversa. Celebraciones y homenajes reinventa algunas formas del Siglo de Oro y el modernismo para hablar de pintores y escritores. Por último, en Los días que no se nombran, junto a las nuevas meditaciones sobre la enfermedad, la vejez y la muerte, se dan poemas largos y breves acerca de nuestro mundo y nuestro tiempo en llamas.