Ochenta películas seleccionadas entre miles de títulos que han ido conformando una cinematografía de primera fila, coherente, industrialmente potente, y culturalmente imprescindible. En 2020 se celebrarán los 125 años de la primera proyección en Paris, en el Boulevard des Capucines, con aquel artilugio imprevisible de los Hermanos Lumière. Aquí estamos con los entrantes de un banquete compuesto por una parte del mejor cine francés, nombres que hicieron de este arte de síntesis una forma única de expresión, de difusión, de recreación del mundo, algunas veces de denuncia, y otras –también– de manipulación. Un olimpo donde seguirán siempre vivos Renoir, Chabrol, Godard o Truffaut, y se pasearán las siluetas siempre sobrecogedoras de Jeanne Moreau, Jean Seberg, Alain Delon y el eterno Jean Gabin. Una historia que de momento no tiene fin, elevada al rango más alto: el de la vida misma.