Desde agosto de 1999 hasta que fue asesinada en 2006, Anna Politkovskaya visitó Chechenia en más de cuarenta ocasiones para informar sobre la segunda guerra que arrasaba esta pequeña república. A su juicio era y es el propio futuro de Rusia y sus oportunidades de instaurar una democracia auténtica lo que está en juego. Al describir el calvario de la población chechena, Politkovskaya muestra que la prolongación del conflicto hace que la situación se vuelva cada vez más incontrolable. Para la periodista, esta espiral infernal tiene su origen en la tradición de un poder que necesita un enemigo, un chivo expiatorio al que cargar el peso de las desgracias reales que padecen los rusos en el difícil período poscomunista. Anna Politkovskaya fue corresponsal especial del periódico Novaya gazeta, y trabajó para Izvestiya y, más tarde, para el Megapolis Express y la Obshchaya gazeta antes de morir asesinada. De la autora RBA ha publicado también Una guerra sucia.