Oliverio Girondo (Buenos Aires, 1891-1967). El humor de Veinte poemas para ser leídos en el tranvía, Calcomanías o, en mayor medida aún, el de Espantapájaros (el más radical y el más personal de sus poemarios) es rápido, burlón, audaz, violento e irreverente, incluso subversivo si se quiere, pero es sobre todo y ante todo netamente poético y está por lo tanto en las antípodas de lo meramente chistoso y del puro juego de espejos tras los espejos.