Ya sabía que los hermanos Grimm no eran muy blandos a la hora de escribir sus cuentos, bien por la época en la que estaban o bien porque eran un poco “gores”. Hace tiempo le leí el original de Cenicienta a mi hija y, a la vez, fui suavizándolo porque cortar los pies para entrar en un zapato no me parecía una historia adecuada para que una niña pequeña durmiera sin pesadillas. En fin, aquí esperaba cualquier salvajada más. Sin embargo, aunque veo que Blancanieves es más tonta de lo que parece y la malvada madrastra tiene más paciencia que el Santo Job, han sido comedidos y no han sido demasiado sádicos. Seguramente leeré más cuentos suyos para comparar el original con la adaptación. También decir que las ilustraciones son preciosas y le dan un plus a la historia.
hace 5 años