Durante los dos últimos años de la Segunda Guerra Mundial, los avances tecnológicos logrados por Alemania fueron sorprendentes. Junto a aviones a reacción de los más variados y vanguardistas diseños, llegaron las aeronaves discoidales de prestaciones nunca imaginadas. A ello se unieron “armas maravillosas” como misiles para cualquier acción bélica, increíbles “bolas de fuego”, submarinos indetectables, cañones sónicos y eléctricos, la bomba endotérmica, y un largo etcétera de armamento prodigioso.