Finalmente, la humanidad ganó la batalla a los muertos vivientes y logró sobrevivir, aunque a un precio muy alto. Nos encontramos con una sociedad que ha aprendido a vivir con los brotes de zombis, donde no ha vuelto a haber elecciones gubernamentales y donde se impone la ultraderecha y el conservadurismo. El ejército ha sido entrenado para sofocar los brotes que aparecen esporádicamente y la humanidad convive “tranquilamente” olvidando aquella guerra que casi supuso su extinción… un error que se pagará caro. En medio de todo esto, veinte años después del primer brote de 1985, surge la desgracia en Mallorca. El 5 de enero de 2010, en plena noche de Reyes, una nueva infección masiva tiene lugar en la cárcel de Palma convirtiendo a todos los reclusos e internos en zombies. Esta marea de muertos vivientes cae sobre la ciudad sembrando el terror y el caos entre sus habitantes. El ejército, primera línea defensiva contra los no muertos, acaba retirándose inexplicablemente y la cabalgata de Reyes se convierte en una auténtica masacre. La isla es puesta rápidamente en cuarentena y dejada a su suerte mientras dos amigos –un carpintero y su mejor amigo, un científico que regresaba a Mallorca a descansar tras cuatro años investigando en los Estados Unidos el fenómeno zombi– intentarán sobrevivir y descubrir qué está pasando.