Los nombres groenlandeses no son fáciles y aunque la historia era interesante, en ocasiones he tenido que volver atrás a buscar el nombre de algún personaje porque no recordaba quién era ni de dónde había salido. Eso sí, te quedas ojiplática cuando te enteras de quién asesinó a los hombres de la parte de la historia que sucedió en 1973. Tal vez estaba deseando soltarlo porque tengo pendiente el siguiente del Departamento Q y por eso no ha llegado a calarme como lo habría hecho de estar absolutamente centrada en el libro. Porque las historias, la de 1973 y la del 2014, son interesantes y a medida que te vas enterando de cosas, te indignas cada vez más.
hace 2 meses