Existen muchos prejuicios en torno a Frankenstein, creados por el cine y la cultura popular, que clasifican esta novela dentro del género de terror. Nada más lejos de la realidad, en mi opinión. Frankenstein es un exponente de la novela del Romanticismo, que aborda, entre otros, tópicos como la soledad y la moral científica, y por tanto con mucho más fondo que los thrillers actuales. Sus personajes son grandiosos, con caracteres bien definidos y reflexiones muy interesantes (mención especial al monstruo); y su marco, muy bien descrito, se adapta a la perfección a la trama. Precisamente, quizá es la trama el punto débil de la novela, mas hablemos de sus virtudes. Descrito como el monstruo más triste de la literatura, el protagonista de Frankenstein tiene grandes intervenciones que mueven a la reflexión. ¿Puede pedirse amor a quién solo recibe odio? ¿Es correcto reducir la conducta humana a un maniqueísmo entre bondad y maldad? Basta el pasaje de la autobiografía del monstruo, entrañable a la par que desgarrador, para que la novela de Mary Shelley sea recomendada. Y lo es con mucho más motivo si a esto se le añade un estilo cuidado y una tensión marcada a lo largo de la narración, que mantienen al lector pegado a sus páginas. Frankenstein es, en definitiva, un clásico de lectura sencilla y obligada.
hace 2 años
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