La mamá de P, un niño de ocho años, sufre un sobresalto inesperado y casi un síncope al observar en el espejo delante del que se peina cómo el crío procede en la bañera a ciertas manipulaciones sorprendentes para su edad. A los ocho años el protagonista de otro relato decide ingresar en un internado sin que su familia se lo impida para, finalmente, tras diversas vicisitudes, retirarse a vivir como un anacoreta en el desierto de Almería. El presidente de la República de Italia duda si presentarse a su toma de posesión vestido con el pijama o con el uniforme de capitán general. Y una vez realizado el acto, informa al primer ministro de que no quiere ser molestado bajo ningún concepto durante los dos días siguientes. Maruja, una anciana de ochenta años, sigue yendo a la playa todos los veranos para bañarse, pero, sobre todo, para tomar el sol con la secreta intención de volverse negra en cualquier momento. Varias familias muy diferentes se reúnen y acuerdan formar otra virtual y, por lo tanto, inexistente, de la que, sin embargo, todos a partir de ese momento deberán sentirse responsables y actuar en consecuencia.