Puro temperamento: así es Victoria. Desde que llegó a Londres, con sólo dieciséis años, no ha dejado de escandalizar a todos sus allegados. Además, tiene la irremediable necesidad de inmiscuirse en la vida de quienes la rodean. Pero el joven Jacob Carstairs se resiste a caer bajo su influencia y quizá eso no tendría demasiada importancia de no ser porque Jacob parece empeñado en estropear el noviazgo de Victoria con el encantador Hugo Rothschild. ¿Qué pretende con su obstinada actitud? Poco a poco Victoria comprenderá que no puede controlarlo todo y que, curiosamente, lo que menos puede controlar es su propio corazón.