“Tiene que ser aquí” de la escritora irlandesa Maggie O’Farrell, de quien ya había leído otros dos libros, que me gustaron mucho,
es una novela de estructura compleja, pues cada capítulo ocurre en un momento temporal y con narradores y ubicaciones diferentes, lo que unido a la diversidad de personajes que contiene, hace que haya que estar muy atento y no dispersarse en la lectura de esta historia amena y ambiciosa, sobre todo en la forma, en la que la autora maneja con maestría la relación entre el pasado y el presente y en la que, por medio de una atípica trama, nos hace reflexionar sobre el amor, la infidelidad, la relación de pareja, los errores de juventud, las relaciones familiares, el peso de la fama y sobre todo sobre la importancia de creer en las segundas oportunidades.
Pasada la mitad del libro, el relato continúa por orden cronológico y es aquí donde todo cobra sentido y la autora nos muestra su habilidad para hilar las diferentes historias, encajando a la perfección los personajes y los momentos que se han ido sucediendo a lo largo de la novela y que confluyen espléndidamente hacia un desenlace común, en el que se plantea también la necesidad de encontrar nuestro sitio; ese sitio al que consideremos que pertenecemos y que cuando lo encontremos, podamos decir “Tiene que ser aquí”
hace 6 años
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