Una tragedia convertida en leyenda. Dividida en tres partes, una misma historia es contada desde distintos puntos de vista, llegando a conclusiones bien distintas según la cara del prisma que se observe. La estructura formal no es casual, puesto que la duración de los capítulos y el ritmo imprimido a la narración son fundamentales para captar el momento. La historia en sí es un fiel reflejo del mandato de Enver Hoxha, donde es más sencillo inventar fantasías que creer en la dura realidad. Enorme talento el de Kadaré. No es sencillo criticar con distancia y originalidad, menos aún hacerlo parecer sencillo.
hace 1 año