La autora tardó décadas en encontrar el tono y la forma de enfocar esta obra maestra absoluta. No es para menos. Yourcenar se convierte por completo en el emperador Adriano, para muchos historiadores el más culto, inteligente, sensible y mejor administrador del Imperio Romano. El Adriano que nos muestra Yourcenar es un hombre sensato, contenido, escéptico, privilegiado con una inteligencia y una sensibilidad hacia las artes y hacia al amor físico y espiritual poco frecuentes. Aparte de la magnífica y plástica recreación del Imperio que se nos ofrece a través de los ojos del anciano emperador, sin duda son sus continuas reflexiones sobre todo lo humano (en especial) y lo divino (bastante menos) las que te atrapan, porque son verdaderas enseñanzas de un sabio de la vida. Y qué forma tan bella de escribir... Cuando lees una frase y te das cuenta de que no se puede decir lo mismo de otra forma mejor, es que estás ante un genio. Yourcenar lo es. ¡Léetelo ya!
hace 16 años