Publicada por primera vez en 1936, Los que vivimos es un retrato vibrante y conmovedor del impacto que tuvo la Revolución rusa en un grupo de seres humanos que no exigían más que el derecho a vivir su vida y a buscar la felicidad. Su protagonista, Kira, alter ego de la autora, estudia ingeniería y sueña con construir puentes, pero es expulsada de la universidad por sus ideas. El hombre del que está enamorada, Leo, hijo de un héroe zarista, no encuentra trabajo debido a su pasado familiar. Desesperados por subsistir, piden ayuda a Andrei, un joven comunista que ama a Kira y está convencido de la bondad del comunismo y la revolución. No se trata sólo de un relato político. Cuenta la historia de los hombres y las mujeres que tuvieron que luchar para sobrevivir bajo las banderas rojas y los eslóganes comunistas. Y es, además, un retrato de lo que eso supuso. ¿Qué pasó con los que osaron mostrarse desafiantes? ¿Ante quienes sucumbieron? Después de huir de Rusia a Estados Unidos, Ayn Rand quedó perpleja por el modo en que muchos intelectuales y políticos estadounidenses observaban con complacencia el auge del comunismo. Para desmontar ante ellos el «noble ideal» del colectivismo escribió esta novela, redescubierta tras el éxito de La rebelión de Atlas.