La última obra de Wulf Dorn es un thriller apocalíptico adictivo, con el trasfondo de una cuestión actual, el mundo que heredarán las nuevas y futuras generaciones como consecuencia de la corrupción, la destrucción de recursos naturales y la contaminación. Patrick Landers es un pediatra, divorciado y padre de una niña de 8 años, Mia. En los últimos días su hija se ha comportado de un modo extraño, ha perdido el apetito y está más callada de lo normal. Ante esta situación excepcional, la preocupación de Patrick por ella hace que vaya en su busca hacia la casa de veraneo de Susan, su ex esposa, en un pequeño pueblo inglés de tradición minera ubicado en el interior de un valle. Durante el trayecto se desata la tormenta y en el paso de montaña se topa con un coche accidentado, en cuyo interior se encuentra una mujer que él conoce. La mujer, aunque apenas puede articular palabra, le advierte de que no vaya al pueblo. A partir de esta historia principal, el autor alemán traza diversos relatos paralelos trascurridos en distintas partes del planeta con un nexo común, los más perjudicados y desfavorecidos son menores. En ningún momento el escritor alemán oculta a los lectores la terrible realidad a la que se someten los personajes, pero no es hasta la mitad y final del libro que la trama adquiere una mayor consistencia y lógica. Una lectura ágil, muy entretenida, que el autor adereza con una buena dosis de tensión y un cariz escabroso hasta la última página. (Dolors Martínez, 15 de marzo de 2019)
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