En Los bueyes, el propio Mo Yan se revela como nunca antes, como un adolescente revoltoso y hablador que lucha contra el sufrimiento del ternero, la miseria y la astucia infinita de los hombres. Con su maestría habitual, el premio Nobel se deleita con las travesuras y la energía inagotable de la infancia y con la candidez, la ausencia de miedo y el humor de una vaca en un entorno rústico sujeto a las absurdas leyes de la era maoísta. Ambientada en 1970, esta novela de «talla mediana», que fue definida por su autor como una «comedia negra», es una alegoría política y social de la China de la Revolución Cultural donde se desarrolla un tema recurrente en su obra: la manifestación de la crueldad en la sociedad china y sus orígenes.