Lejos queda aquel momento cuando la protagonista de La retornada llega con una maleta y trece años a la casa de su familia biológica, donde le esperaba un mundo pequeño, oscuro, poca comida y hermanos por todos lados. Adriana, la pequeña, le abrió mucho más que la puerta de su nuevo hogar y ahora son las dos las protagonistas en Las hermanas de Borgo Sud. La novela gira en torno a sus experiencias personales después de que la hermana retornada fuera devuelta a su familia biológica. Ella es ahora la narradora, pero seguimos sin saber su nombre a pesar de que en esta segunda parte ya tiene construida una vida. Una vida convencional, que la autora confronta en este título con la nada estructurada existencia de Adriana. Las relaciones familiares siguen dominadas por el desarraigo y la falta de pertenencia.
Leer Las hermanas de Borgo Sud es adentrarse en un laberinto. Hay salida, pero hasta llegar a ella hay pasillos que avasallan el corazón. El lector se puede perder decenas de veces, ya que la autora ha erigido un sugerente juego de saltos temporales y espaciales en torno a los hechos que suceden en la ciudad italiana de Pescara, el barrio marinero de Borgo Sud y la ciudad francesa de Grenoble. Es complicado permanecer firme en una estructura narrativa que parece un mar de olas revueltas.
Adriana es la hermana que recibió a la retornada (como la llamaban en el pueblo de los padres biológicos) sin prejuicios, sin condiciones, una niña unos años menor que ella y su confidente en una relación de altibajos que se manifiestan mucho más si cabe en este segundo título. Las hermanas de Borgo Sud es un texto con un halo de malos presagios y donde se respira una atmósfera oscura desde el primer capítulo que arranca en una fiesta de graduación hasta el final de la novela que va a parar a una cama de hospital.
Se trata de un libro de prosa sin complicaciones y lleno de anticipaciones. La autora se mueve bastante bien en el cliffhanger. Y es que la arrebatadora personalidad de Adriana se lo pone fácil. Imprudente, errante, la chica que cuenta las verdades a medias, aprovechada y convenenciera. Su hermana siempre temió por ella; en realidad lo que subyace es el miedo de la retornada a perder de nuevo a las personas que quiere. El libro habla de carencias afectivas, pero se aleja del sentimentalismo. La autora italiana es una excelente narradora de atmósferas perturbadoras que convierte en intimistas en un giro de los acontecimientos. Una de cal y otra de arena. Aunque la escritora equilibra la balanza con un título donde incluye a las dos hermanas, lo cierto es que dentro una pesa más que la otra porque es la historia de Adriana la que remueve toda la trama con unas decisiones que no miden las consecuencias.
En definitiva, una retrospectiva que merece la pena sobre los lazos familiares, la maternidad, el maltrato y el amor que nos lleva a la difícil decisión de hasta qué punto tenemos que cargar con vidas ajenas aunque lo hayamos prometido. (Esther Martín, 10 de marzo de 2023)