Setenta años después de la matanza de Badajoz y veinte de la primera edición española (Editora Regional de Extremadura) del libro de Mario Neves, se publica una nueva y muy cuidada edición de esta obra mítica. Se destaca, por encima de su utilidad histórica, el valor periodístico y literario de un trabajo excepcional sobre la guerra civil española. El periodista e historiador Carlos García Santa Cecilia, autor del prólogo de esta reedición, afirma que con su formación jurídica y su mirada detallista e intensa virginal, de alguna manera-, Neves construyó un relato conmovedor que trasciende incluso las circunstancias en las que fue escrito para convertirse en un verdadero grito contra el horror de todas las guerras. No sabemos lo que pensaba cuando viajaba en tren desde Lisboa a Elvas para enfrentarse a su primer trabajo de entidad en el periodismo, y sólo tenemos algún testimonio de su insomnio a la vuelta y del remordimiento por no poder establecer la verdad de los hechos durante tantos años. El estilo del corresponsal del Diário de Lisboa, con una fuerte implicación emotiva personal provocado por el choque emocional que vivió en Badajoz, condicionó o al menos orientó el enfoque que Jay Allen mucho más experimentado y sabiendo lo que buscaba- dio a los sucesos en su famosa crónica. Sin Neves, sólo con unos telegramas informativos franceses que narraban ciertamente horrores pero desde la perspectiva del dato objetivo y frío, no es seguro que lo acaecido en ese lugar y en ese momento hubiera tenido la misma repercusión,y no porque el joven reportero portugués fantaseara o adornara con sus recreaciones los hechos, sino porque sólo gracias a su estilo véase el ejemplo del incidente de los carabineros de Caya- podemos acercarnos a la verdad. Es improbable que Allen se hubiera movido de Lisboa para llegar a Badajoz siete días después si no hubiera mediado el trabajo de Neves, que plantea la fórmula narrativa que va a seguir el norteamericano.