Los conflictos históricos irrumpen en las vidas particulares y, en un súbito tránsito, vuelven irreconocible lo cotidiano. La narración comienza en la España polarizada de 1936, cuando la experiencia republicana, que había generado tantas ilusiones y una amplia participación en el debate político, hace aguas con el levantamiento militar que fulmina de golpe la confianza en el futuro. El protagonista colectivo es el miedo, la sinrazón, la violencia, la delación. Los personajes de ficción, cada uno a su manera, se mueven dentro de un universo aislado donde cada día el mañana es una angustiosa incógnita. El relato sucede en la Zaragoza dominada desde el inicio por los sublevados, en el ambiente urbano de retaguardia, lejos del frente. Una familia de clase media, en aquel verano asfixiante, en un crescendo de tensión, ve desplomarse el mundo que había conocido hasta entonces. Con capítulos breves y un ritmo muy meditado, la autora aísla una única pavesa incandescente de la llama principal, y describe un episodio intenso de nuestro pasado a la vez que una experiencia universal.