«Antes escribía novelas de misterio y asesinatos. Ahora me dedico a investigarlos…»
Jen, la escritora de novelas de misterio convertida en detective aficionada, se ha hecho cargo de la gestión de la librería de Riddleton, su pequeña ciudad natal. Pero conseguir que cuadren las cuentas de Lectores Voraces no es nada en comparación con cumplir la fecha de entrega de su nueva novela.
Sin embargo, la tarea de eludir las llamadas de su editora pasa a ocupar un segundo plano cuando el jefe de la policía local muere víctima de un presunto envenenamiento. Para resolver el asesinato, Jen debe desempolvar una vez más su sombrero de detective. Con todos los habitantes de la ciudad convertidos en posibles sospechosos, y con diversas evidencias que apuntan a incriminar a Eric, un agente de policía local íntimo amigo de Jen, la detective aficionada se ve obligada a trabajar a contrarreloj. ¿Podrá encontrar al asesino y superar su bloqueo como escritora antes de que sea demasiado tarde?