En la mitología germánica las Valkirias son doce hermosas divinidades femeninas que habitan el Walhalla —el paraíso—, donde recompensan a los héroes por sus hazañas terrenas. Audaces diosas de la guerra que cabalgan por el aire, presencian los combates que ellas mismas arbitran y escogen a los combatientes que mueren en las batallas. Aunque siempre subordinadas a Odín, el dios supremo. No cabe ninguna duda de que las mujeres alemanas, como las Valkirias, desempeñaron un papel importante en el Tercer Reich, mucho mayor que el que su führer les había preparado, mezcla de diosa de la fecundidad y ama de casa. De hecho, la llegada al poder de Adolf Hitler en 1933 no habría sido posible sin su apoyo ni su voto. Tanto de las que vivían muy alejadas del prototipo ideal que exigía el partido, como de las que lo cumplían a rajatabla en las asociaciones femeninas del régimen. De eso trata este libro, de todas esas mujeres —unas anónimas, y otras no tanto—, que compartieron los duros años de posguerra que iba a iluminar la República de Weimar con sus cambios, pero acabaron sumergidas en la profunda oscuridad del nacionalsocialismo. De las que apoyaron a Hitler de forma incondicional, dispuestas incluso a morir por él, de las que no lo hicieron tanto y, por supuesto, de Eva Braun.