Este es un compendio de 12 relatos de 8 autores japoneses más o menos reconocidos. Todos, sin excepción, han obtenido méritos en el país nipón, si bien unos con más suerte que otros. Tal cantidad de autores garantiza en esta obra una buena variedad y representación de la literatura japonesa o, como mínimo, permite un acercamiento interesante a ella. En mi caso, ya había leído a Ryunosuke Akutagawa, Soseki Natsume y Osamu Dazai. Respecto a los dos primeros encontramos varios escritos cuyos personajes protagonistas son sumamente desvergonzados y de estilo irónico, cómo se puede esperar de ellos. En cuanto Dazai, su relato “¡Corre, Melos!”, no es tan común en él. Aunque el personaje de Melos sufre, es una historia valiente, incluso positiva. De los otros autores que desconocía hasta la fecha, me ha encantado y quisiera destacar especialmente a Kanoko Okamoto. Sus narraciones, La historia de una anciana geisha y Sushi tienen amor y delicadeza. En esencia, para que se hagan una idea los amantes de la literatura japonesa, me ha recordado mucho a Hiromi Kawakami. Otro autor que me ha gustado y no había leído nada, ha sido Kan Kikuchi. Una carta de protesta es la historia de un crimen desde el punto de vista de un familiar directo de la víctima, El fin Uemon Miura es la historia de un cobarde. Por último, Ogai Mori, un autor al que le tengo ganas pero que no había probado todavía, me ha parecido divertido. Un libro entretenido que aúna leyenda, suspense, romanticismo, diversión y placer lector. (Dolors Martínez, 19 de abril de 2017)
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