"La misma tarde en que tenía pensado asistir a una conferencia de Henry Miller en una escuela de arte dramático se quemó mi casa. No asistí a su conferencia, pero unas semanas después todavía continuaba queriendo conocerle. Empecé a buscar su dirección para escribirle. Al mismo tiempo intentaba reamueblar mi casa. En una subasta descubrí la primera edición de una colección de libros titulada Mujeres a través de los tiempos. Abrí uno de los volúmenes y, doblada en el interior, encontré una carta de Henry Miller a una mujer. ¿Cómo hubiera podido no pujar por esos libros? Tres mil dólares después tenía los libros y la dirección de Henry Miller. Le escribí incluyendo la carta que había encontrado, así como unas cuantas fotografías "de actriz" pensando que podrían despertar su curiosidad. Unos días más tarde Henry Miller envió la primera de las 1500 cartas que habría de escribirme. Llegamos a ser buenos amigos, y quizás algo más.