El narrador viaja con sus dos esposas, A y C y se aventura en la ciudad de El Cairo. Muchas palabras de encomio se han escrito sobre El Cairo desde hace siglos pero quizá el más famoso y el más repetido elogio es el que viene en las Mil y una Noches: "Aquel que no ha visto El Cairo, no ha visto el mundo; su tierra es oro, su Nilo es un milagro; sus mujeres son como los húries de ojos negros del Paraíso; sus casas son palacios y su aire es suave y con más olor que el sándalo; regocija el corazón"