No tienen prisa las palabras es un libro múltiple y caleidoscópico en el que el lector encontrará microrrelatos, apuntes de un diario, estampas líricas, lúcidos aforismos, pensamientos despeinados, greguerías, mínimos poemas en prosa… Si Pessoa decía que el poeta es un fingidor, para Carlos Skliar es, sobre todo, un viajero: un ser en movimiento constante, un extranjero perpetuo que, como tal, contempla la realidad con ojos nuevos, que mira y nos revela lo que ve y siente. El autor parte de lo contemplado y vivido en sus movimientos por la calle, de donde surgen esos instantes reveladores que espolean sus reflexiones: la mujer loca que pasa por la plaza, los niños que juegan libres y felices, la anciana agradecida a la que ayuda a cargar las bolsas de la compra, los turistas que fotografían a un pobre que pide limosna en la Sagrada Familia…