La verdad es que es una novela a la que le falta ritmo. El autor repite y repite la misma idea varias veces a lo largo de la novela e incluso más de una. Y los capítulos se suceden repitiéndose los acontecimientos: revueltas, ataques de los nobles a las ciudades, Alfonso y Leonor encamados, don Juan Manuel maquinando. Al final deseas que acabe porque parece que la historia no da más de sí. E incluso la descripción de las batallas no tiene chispa.

Pensé que al ser el autor profesor de historia, el libro tendría menos licencias que otros del género. El periodo histórico es fascinante, por lo que la idea de una novela sobre este es muy jugosa. Si bien es pasable respecto a la fidelidad y documentación, su aspecto literario es de una pobreza absoluta. La narración es terrible, los diálogos mucho peores, los personajes planos. Da la impresión que el autor lo escribió mientras hacía otra cosa, y lo que es peor, el corrector, el editor o alguien que se lo leyera antes de llevar a imprenta no hicieron su trabajo. Faltas de ortografía, escenas que se repiten, datos que bailan de una página a la otra y así toda la novela. En su lado positivo está el acercamiento a un fascinante periodo histórico, algo que siempre está muy bien y una batalla, sorprendentemente, bien narrada. En lo negativo, todo lo demás. Como novela es un desastre. Como libro de historia tiene mucha paja, mucha ficción y hasta está mal contado.