Margarita de Parma (1522-1586) nació de la relación del emperador Carlos V con una joven en los Países Bajos. Era, por tanto, hija del hombre más poderoso del mundo, pero ilegítima. Para afianzar las relaciones con el papado, el emperador la casó primero con un Medici y después, cuando enviudó, con un Farnesio, nieto del papa. Más adelante su hermanastro Felipe II la convirtió en gobernadora de los Países Bajos. Allí le tocó hacer frente a constantes levantamientos que trató de sofocar a través de la diplomacia, pero la postura intransigente del rey la llevó a presentar la dimisión y fue sustituida por el duque de Alba. Retirada en su ducado italiano, vio con orgullo como su hijo, Alejandro Farnesio, hizo una gran carrera militar al servicio de la corona. María Teresa Álvarez recrea con viveza y cercanía la vida de una mujer extraordinaria que llegó a ser gobernadora de un país en una época en la que los poderosos solo eran hombres.