Tengo la sensación de haber leído el diario de alguien sin habérselo pedido , error mío por no haber estado más atento antes de leerlo. Lo que más me gusta es que al menos no es otro manifiesto bucólico de lo bonito que es vivir en el campo.

Todo empezó por un desamor, años de apego que terminaron desapegándose y después la separación. Por ello toma la decisión el protagonista de esta historia, se podría decir que autobiografía, corta con su anterior vida, para huir, para desintoxicarse de la tristeza y la nostalgia, recuerdos y amor y empieza una nueva en el campo, en la naturaleza más viva y real, abasteciéndose de lo que él siembra y cultiva, con ayuda y ciertos consejos de los pocos vecinos que tiene y poco a poco acostumbrándose a vivir en la más absoluta soledad y vacío que te ofrece el silencio... Esta historia trata de conectar al lector con la tranquilidad absoluta, tiene un aprendizaje oculto, una esencia envolvente y reflexiva de que las cosas en esta vida no son cuando uno las quiere y necesita, no son inmediatas para paliar un malestar interior que tenemos, se necesita una carga de paciencia para entender todo ello y aceptar que son cuando tienen que ser, el "lo quiero todo ahora y lo quiero ya" no vale, por ello el protagonista no solo huye de la ciudad y quiere vivir en el más absoluto silencio del caos suyo, el mental, sino huye de la adversidad en la que está envuelto y vivir en su total desnudez. No todo es poesía en esta historia, poesía que aporta la naturaleza y la soledad más real, hay descripciones un poco irrelevantes que no dan mucho giro al desarrollo y se enreda en introducciones ajenas a la historia pero porque quiere meterte en la ambientación que crea un estado así en una persona que huye, porque quiere que sientas ese vacío y aburrimiento letal que tiene el protagonista y empatices hasta la saciedad, quiere que adoptes el sopor y las horas que pasan sin aportar nada más que silencio... Sus momentos los quiere para ti también, así que insisto que esta novela hay que leerla con paciencia, meterse en ella sin ruidos ajenos a la lectura si es posible y entender que a veces lo mejor que podría pasarnos es tener un motivo para huir, salir fuera, correr y aislarse y vivir la más pura soledad en la naturaleza.