Lady Nicotina sigue siendo el mejor ensayo sobre el tabaco que jamás haya existido. En una narración digresiva y divertidísima, el protagonista de esta historia ha quedado tristemente huérfano de su esclavitud, de los amigos verdaderos y de aquello que le permitía mirar el mundo desde la exquisita atalaya que proporciona el humo siempre ascendente del tabaco. J. M. Barrie, definitivamente ligado a una de sus criaturas, Peter Pan, reafirma en Lady Nicotina su sabia visión desencantada de la vida adulta en una intensa e irónica alabanza a la tentación. Su lectura favorece seriamente la salud.