La fotógrafa de los espíritus de Desy Icari, pertenece a una serie de novelas independientes que realiza la autora sobre los cinco sentidos y esta obra va dedicada al sentido de la vista. Con ella, nos traslada a Turín, a principios del siglo XX, y nos cuenta dos historias paralelas que finalmente enlazan perfectamente en una sola.

Historias, que, aunque diferentes, nos trasladas ambas a una época de cambio y de autodescubrimiento. Una reflexión para el lector, en la que nos invita a entender la importancia de perseguir nuestros sueños y encontrar el camino propio de una manera muy esperanzadora pese a las contrariedades de la vida.

Por un lado, encontramos el personaje de Edmondo Ferro, un adelantado a su tiempo por sus ideales, abogado de profesión, aunque no de vocación, que se ve obligado a ejercer la abogacía por la presión y la aceptación familiar, pero que, en realidad, lo que le da la felicidad es sumergirse en la lectura de todas las novelas que sea capaz de leer. Gracias a él, y a su devoción y amor por la lectura podemos descubrir muchas referencias a libros y autores clásicos que hacen una delicia esta lectura si tú también eres un amante de la literatura como el mismo Ferro.

Por otra parte, tenemos la historia de Pía, una humilde campesina, sin apenas oportunidades de elegir su destino, en unos tiempos en los que la mujer tenía poca decisión sobre lo que le rodeaba y sobre ella misma, que descubre su vocación gracias a las desventuras por las que tiene que pasar. Obligada a casarse en un matrimonio concertado, emprende un viaje que no sale como esperaba pero que para Pía se convierte en una liberación a través de la fotografía.

Una novela totalmente emotiva, de las que tocan el alma capítulo a capítulo, escrita de forma muy atractiva y cautivadora, que nos muestra una realidad no tan lejana en el tiempo, que nos desgarra por dentro ante las injusticias, un grito al feminismo que nos da esperanza a través de la determinación de mujeres como Pía, de su valentía y su coraje aun cuando tienes todo en contra y no ves la salida. (Marisa Cuesta Moreno, 10 de junio de 2024)