La italiana Desy Icardi ya nos conquistó con El aroma de los libros, en la que compuso un canto de amor a los libros. Ahora vuelve a hacerlo con la no menos hermosa La chica de la máquina de escribir. Si en su anterior obra abordaba la pasión por la lectura a través del sentido del olfato, en esta nueva novela se centra en el tacto y en la escritura. En la manera en que el roce de los dedos contra las teclas de una vieja máquina de escribir puede traer de vuelta los recuerdos.
“Es una verdad universalmente reconocida que una mujer en posesión de una larga historia necesita de una memoria adecuada”. Icardi inicia su novela haciendo un homenaje a la célebre frase de apertura de Orgullo y Prejuicio de Austen, y planteando la cuestión clave de la novela: Dalia, la protagonista, ha sufrido recientemente un ictus y ha perdido parte de sus recuerdos.
Frustrada por la dificultad para recordar, descubre que sus todavía ágiles dedos de mecanógrafa jubilada vuelan casi mágicamente sobre su antigua Olivetti MP1, transcribiendo la historia de su vida. Así, la autora nos ofrece dos protagonistas: una joven Dalia que trabaja para un notario como mecanógrafa y una Dalia madura que sufre por sus recientes problemas de memoria. Ambas unidas por un mismo instrumento: la Olivetti MP1 de color rojo que la ha acompañado durante décadas.
La chica de la máquina de escribir es una obra íntima y cálida, que apela a los sentimientos más profundos suscitados por el acto de escribir, así como del resurgir de la memoria. (Ana Rayas, 19 de enero de 2022)