Jack Sparrow dijo en una ocasión… perdón!! El capitán Jack Sparrow dijo en una ocasión: “El mundo sigue siendo el mismo, pero con menos alicientes”. Pues parece ser que al mundo de nuestro amigo Pedergast le pasa algo parecido. Últimamente les falta algo a sus historias. En este caso el libro empezó bastante bien, con una serie de asesinatos bastante sangrientos y misteriosos, pero el desarrollo de los acontecimientos ha sido bastante extraño. Hay partes que no son muy creíbles, situaciones inverosímiles y personajes con conductas bastante contradictorias. No puedo decir más para no hacer spoiler. Me alegra ver en acción a Vincent D’agosta (echo de menos a Laura Hayward), pero a él también le falta un poco de la chispa (o la mala leche) que lo caracterizaba en los primeros casos. El epílogo sí me ha gustado mucho. La última escena me ha parecido muy bonita. Aunque sí es cierto, que siendo Pendergast el perfecto caballero que es, y teniendo ese don de palabra que lo caracteriza… digamos, para no desvelar nada importante, que me ha faltado algo. Es curioso, pero después de 17 libros del Agente Pendergast, a mi parecer, aun no hay ninguno que le haga sombra a aquel primer caso de la bestia del Museo de Historia Natural de Nueva York. Aun así, ese final me ha dejado con ganas de leer el libro número 18. Esperemos que para entonces Aloysius haya disfrutado de unas buenas vacaciones para recupera fuerzas lo más lejos posible de la ciudad que no descansa.
hace 3 años