A mediados de la década de los setenta, Saul Bellow (Premio Nobel de Literatura 1976) visitó Israel: Jerusalén, ida y vuelta es el relato de ese viaje. Sumergiéndose en el paisaje y la cultura del país, Bellow anota las opiniones, pasiones y sueños de los israelíes: Rabin, Oz y el editor de un periódico en árabe, pero también los de un habitante de un kibutz, superviviente del gueto de Varsovia o el peluquero de su hotel. Mediante reflexiones ancladas en la historia y la literatura, Bellow añade sus propias opiniones sobre qué significa ser judío en el siglo XX.